“Los sanadores no pueden pelear solos”. Keyaru, quien siempre ha sido atormentado por esta lógica, fue explotado una y otra vez por otros. Pero un día notó lo que había más allá de la magia de curación, y se convenció de que los sanadores son la clase más fuerte de todas. No obstante, cuando descubrió este potencial ya era demasiado tarde. Por lo tanto, decide retroceder en el tiempo cuatro años, dispuesto a rehacer su vida. Esta es la historia heroica del sanador que se convirtió en el guerrero más fuerte, utilizando el conocimiento de su vida pasada y la magia de curación.